Acerca del simbolismo de la Granada, la Espiga de Trigo y la Acacia - Esperanza

ACERCA DEL SIMBOLISMO DE LA GRANADA, LA ESPIGA DE TRIGO Y LA ACACIA

Esperanza



Aquí todo es Símbolo
                                     Ritual del 1er Grado Masónico


No es suficiente con abrir los ojos físicos… El iniciado debe ir más allá de lo exterior; Contemplar en la sencillez de la naturaleza la grandeza del Poder Divino;  penetrar su apariencia… tocar su forma, percibir su olor, catar su sabor y escuchar su agitación, para Comprender que más allá de todo esto… está la Vida”.

                                                                                                                                      Esperanza

La Granada, la Espiga de Trigo y la Acacia, forman parte del simbolismo de los tres primeros grados de la Orden Masónica, la orientación sagrada y el estudio de estos símbolos en la vía de la iniciación, ha sido trabajo desde la más remota antigüedad. Para abordar la sucesión correspondiente desde el 1er al 3er grado de estos símbolos, voy a acercarme a ellos de forma individual, y así, poder alcanzar su representación y evolución en la primera etapa de la enseñanza y su simbología vegetal.

I PARTE
SOBRE LA GRANADA


Históricamente, se dice, que es originaria de la región que abarca, desde lo que hoy es Irán hasta el Himalaya al norte de la India, región que hoy conocemos como Turkmenistán, Afganistán y Pakistán. También es conocida con los nombres de “milgrano, magrana, minglana, balaustra, o manglano”, considerada por muchos como la fruta de la fertilidad. Actualmente, es la fruta favorita de Oriente Medio, después de los dátiles. Fue introducida en España, por los árabes que dejaron su huella en la insigne ciudad que lleva su nombre y, tal es su importancia, que el último reino árabe de Granada, tenía y sigue teniendo en el escudo de España, una granada como atributo.

Acerca del simbolismo de la Granada, puedo comentar que ha sido re-conocida y apreciada en el mundo espiritual por el aspecto que promueve su forma y contenido, por el sentido oculto de su simbolización, ella está vinculada a la humanidad y a su concepto religioso-espiritual, tanto, como el laurel, la palma, la acacia, el olivo, entre otros.

Su configuración interna de múltiples semillas promueven el sentido de “contener”, la primera impresión da la “apariencia” de lo mucho (semillas) en lo poco (la fruta); junto a su aspecto circular y compacto, es representación de la multiplicidad contenida en la unidad; idea que al mismo tiempo, orienta hacia el orden, la abundancia, el resguardo y la protección. Al recorrer la vía de la iniciación con dedicación y trabajo, se comprende que todo el aprendizaje basado en el simbolismo y las enseñanzas, al final, están contenidos en el interior de cada Ser… En el momento de la iniciación, al ser conducidos al interior del templo masónico, las granadas coronan ambas columnas B y J, se encuentran franqueando la puerta de aquel mundo que comenzará a despertar las más altas percepciones de lo espiritual.

Dice el Maestro Fermín Vale: Todas las manifestaciones de la vida proceden de una tensión del par de opuestos y de su juego de alternancia: la armonía de las tensiones opuestas, ‘como las del arco y la lira’, como escribía Heráclito. El Trabajo principal del iniciado consiste en liberarse del conflicto de los opuestos, Él, debe equilibrar el par de opuesto, la Cosa-Doble o el Re-Bis, que conduce a la consciencia de la No-dualidad y por lo tanto, da acceso a la fuente donde tendrá la certeza de su verdadera autenticidad, donde nada subsiste sino el Ser… Alcanzar esa unidad del Ser, ese logro, está simbolizado por la Granada, fruta simbólica que ‘corona’ a las dos columnas, cuya forma y estructura interna, representa ‘el adecuado ajustamiento de lo múltiple y diverso en el seno de la unidad aparente’. Por eso, las Granadas simbolizan también la ‘Tierra Prometida’ y la exaltación del logro espiritual”, el lugar de la granada en el templo, evidencia para el iniciado masón, que es, en la elevación de su consciencia, como columna del templo superior aquí en la tierra, que se alcanza el camino a lo trascendente. La granada en su unidad es lo opuesto a las columnas en su dualidad, por lo tanto, simbólicamente ella le anuncia al masón que la unidad espiritual debe dominar la dualidad material, o lo que es lo mismo, ha comenzado su camino de retorno al centro espiritual.

Ahora bien, su forma también puede ser vislumbrada como muestra de la condición sintética y homogénea del universo, el círculo como representación del cielo que cubre toda vida hasta su término, donde está ausente la idea de distinción y división, cuya profunda finalidad, es evidenciar la conformación y pertenencia a un Todo, donde incluso el caos pertenece al orden, nada se escapa, todo está contenido... Dándole un nombre a ese mundo compacto e incluido, estamos ante el microcosmos, pero también podría ser, en un ejemplo mayúsculo, el macrocosmos; en ambos casos, se puede interpretar en la multiplicidad y el orden de las semillas de granada, el lugar y la razón existencial que todos tenemos. Es la unión entre todos, basada en el respeto y el entendimiento, a pesar de las diferencias, propiedad que nos humaniza y donde deberíamos re-encontrarnos para sustentar la fraternidad entre los masones, y la convivencia entre las personas...  Es esta unión, cimentada en la diferencia, la que define el nivel de vibración y sintonía de un conjunto, alcanzando la ponderación, fortaleza y elevación espiritual…

La inspiración de la granada como símbolo, fue tenida en cuenta por los más representativos Hombres, que han alcanzado realización interior alguna, el noble San Juan de la Cruz, en su propósito de transmitir sus íntimas vivencias, logró a través de la poesía, tocar el misterio de su experiencia celestial. Dicen que San Juan de la Cruz, obtuvo parte de la riqueza mística-poética de sus obras, basándose en los símbolos utilizados en sus composiciones; para El, los granos de la granada simbolizaban las perfecciones divinas en sus efectos innumerables, la redondez de la fruta era expresión de la eternidad divina, y el jugo era nada más, que, símbolo de la suavidad del gozo del alma que ama y que conoce. En su poesía “Cantico Espiritual”, las granadas fueron percibidas por Él, para representar, los misterios más elevados, los juicios más profundos, y la más grande sabiduría cristica realizada en un corazón…

Y luego a las subidas
Cavernas de las piedras nos iremos
Que están bien escondidas,
Y allí nos entraremos,
Y el mosto de granadas gustaremos
(37)

Existen dos aspectos sobre este bello y evocador símbolo, que no quiero dejar de tocar, y son, la multiplicidad de los granos vinculados con la fertilidad y el jugo de la fruta, comparado con la sangre.

Acerca de la fertilidad, la misma está definida como “la capacidad de un ser vivo de producir o sustentar una progenie numerosa.” Al respecto he leído, la referencia de esta significación en relación con  la orden masónica y la multiplicación de sus miembros, “múltiples como granos de granada..” en efecto, pero creo que más allá, el simbolismo nos está mostrando, que son múltiples las condiciones y las fuerzas que están en el interior de cada hombre, para lograr el sustento de la vida espiritual, aquello que le permite ser coronado y lo convierte en Rey, otorgándole la Gracia Divina, a cada masón, en ser un verdadero multiplicador de las buenas costumbres y la libertad…


La coronación de la fruta, está evidenciada en el escudo de armas de Catalina de Aragón, sobre el cual, se comenta que hacía referencia al mito de Proserpina: “Plutón la raptó para casarse con ella y vivir juntos en el Hades, pero Júpiter, preocupado, mandó a Mercurio para que Plutón la liberase y éste antes de dejarla ir le hizo comer seis semillas de granada, de forma que tuviese que vivir seis meses al año con él, pudiendo permanecer el resto con su madre. Ésta es la razón de la primavera: cuando Proserpina vuelve con su madre, Ceres decora la tierra con flores de bienvenida, pero cuando en el otoño vuelve al Hades, la naturaleza pierde sus colores.”

Ahora bien, el color rojo del jugo de la granada, lo mismo que el vino, permite que se le relacione con la sangre, decía Goethe: “La sangre es un fluido muy especial”, en la mayoría de las tradiciones la sangre es sinónimo de vida, por otra parte, entre los hebreos se dice, que “la sangre es nefesh”, lo que traduce “la sangre es el alma”. Al observar el liquido, su simbolismo, puede llevarnos a entender, que la fascinación de los cincos sentidos, sólo capta una pequeña versión de lo exterior, por lo tanto, en lo oculto, es que está el camino, por donde podremos acercarnos a la verdad, el extracto de la fruta lleva consigo, toda la fuerza de vida que en ella se entraña, como la sangre del iniciado, lleva consigo toda la grandeza de su Alma… Sin temor a equivoco, la razón, por la que para San Juan de la Cruz y el cristianismo, el jugo representaba el gozo del alma que ama y que conoce, es porque el fluido vital, encierra la naturaleza de la esencia espiritual, y un alma regocijada por la realización interior, no puede hacer más, que manifestar el Amor in-personal…

Con estas líneas y después de la inspiración que me dejó leer al humilde San Juan de la Cruz, busco sembrar en el corazón de aquellos que caminamos en el sendero de la iniciación, el anhelo de la multiplicidad como las semillas de la granada sobre la base del trabajo interior para conquistar la unidad, sin desmayo ni excusas, para poder obtener como el rojo jugo de la fruta, la suavidad de vuestra alma…

Esperanza

Santiago de León de Caracas – 3 de agosto de 2014

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